
El mejor abrazo me lo di hoy, después de quince días de no-abrazo. Una mezcla de sensaciones, alegria y energía, una acumulación de cosas explotaban, estallaban todas al mismo tiempo. Estaballan, hacian ruidito, y también me hacian temblar. Mucha potencia, ganas de gritar, no podia dejar de hablar, de contar, de mover mis manos. La sensorialidad a flor de piel, mi corporalidad muy acorde a mi emocionalidad. Todo se daba, estaba ahi enfrente mio, sonriendo, hablandome. Quince días de pensamiento, de extrañar, quince días sin ella, quince días que pasaron y terminaron. Hoy, terminaron.
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